La erótica no se presta para ser concebida de manera simplemente unitaria. Muchos lo han admitido y, entre ellos, Platón, Lacan, Foucault, Rubin. Se comprobará con respecto a los dos primeros.
¿Cuál será entonces la razón de semejante partición? Sin prejuzgar otras respuestas posibles, se presenta aquí la que Lacan indicaba, no bajo la forma de un discurso continuo, sino por pinceladas sucesivas aquí y allá dispersas, después de que fue reconocida la inexistencia de la relación sexual.
Así se aclara la pregunta propiamente psicoanalítica (aunque con aspecto filosófico): ¿por qué hay excitación sexual en lugar de nada?
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